Pienso en las
palabras claves para
responder a la pregunta
planteada y se
me agolpan varias
a mi cabeza: magia, oportunidades, imaginación,
refugio, sentimientos, creatividad… Pero
después de haber
leído el discurso
que realizó Liliana
Bodoc en el
Congreso sobre la
LIJ Hispanoamericana, he agregado
la palabra
arte al concepto
de literatura infantil. Coincido plenamente
con dicha autora
cuando expresa : “Me
gusta recordar que la literatura
es un arte. Me
gusta recordar que
la literatura infantil
y juvenil también
lo es”. Y
a estas palabras, agregar que “el arte
ejercita, como ninguna otra
cosa, la emoción, la imaginación,
la intuición, la capacidad
de perdonar y
de soñar”.
Asimismo,
en su
documento, Joel Rosell, señala
que: “ Toda obra
maestra de literatura
infantil es el
resultado del descubrimiento, de una invención, de una revelación, de un compromiso
del espíritu del autor – inevitablemente un adulto-
con las esencias y
posibilidades de lo
humano que se revelan
a través de
los niños”. Es una
literatura cercana a los niños, con
temáticas que los
identifican porque forman
parte de su
cotidianeidad , hoy se espera que las obras destinadas a los niños se asemejen bastante a su realidad
y sus vivencias, en cuanto a las problemáticas que plantean y los personajes
que proponen. Son obras que introduzcan
la literatura infantil en el
acontecer cotidiano de los niños.
Concuerdo con
el concepto que
entrega Sylvia Puentes
de Oyenard de
la LIJ y que
señala que : “ La Literatura
Infantil es como El pájaro del alma:
tiene cajones para la alegría, para el dolor, para la amistad, para el
disfrute, la emoción, las modernas tecnologías y la tradición oral “.
Considero que nosotros, como mediadores
somos los responsables
y encargados de
entregar a niños
y niñas, la llave
que abra esos cajones
y de esta
manera, darles la posibilidad
de ampliar su
capital cultural, la oportunidad de
conocer otras culturas
y el origen
de la suya
propia. Como Profesora de
Lenguaje, por lo tanto,
una mediadora en
el circuito literario, insisto siempre
que debemos en
una primera instancia, reencantarnos con la
lectura para poder, después, encantar a nuestros
alumnos y alumnas. Creo
que el goce
por la literatura
es capaz de
trasmitirse. Es importante, entonces,
retomar las palabras
de Lluch, cuando afirma : “hoy
asistimos a la deslocalización de
cierta parte del
corpus literario de
su referente escolar” . Me
parece que desde
nuestra óptica de
mediador, ha sido muy
importante dentro de
los desplazamientos que ha
sufrido la LIJ, destacar este
que se refiere
al paso de
la localización a
la deslocalización, ya que permite
la participación de
otros mediadores, fuera de la
institucionalidad escolar. De esta manera,
la responsabilidad del
fomento lector en
nuestros niños, es compartida.
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